Alerta clínica: La enfermedad renal como causa de enfermedad cardiovascular
La enfermedad cardiovascular (ECV) es la causa principal de muerte en la población general y en pacientes con enfermedad crónica renal (ECR). Es notable que pacientes en diálisis tienen un riesgo 30 veces mayor de mortalidad que la población general. En los Estados Unidos hay más de 360 mil pacientes en diálisis y en Puerto Rico sobre 4 mil. Además, unos 20 millones de adultos en los Estados Unidos tienen alguna forma de ERC y muchos mueren de ECV antes de llegar a necesitar terapia renal.Los factores de riesgo tradicionales de ECV son la edad avanzada, hipertensión, colesterol elevado, diabetes, tabaquismo, obesidad, inactividad física, menopausia e historial familiar de ECV. Estudios recientes demuestran que ERC en etapas tempranas también constituye un factor de riesgo de ECV. Esta observación es de gran importancia considerando la alta prevalencia de ERC, la cual se manifiesta, usualmente en silencio, con proteinuria y disminución gradual y progresiva de la función renal. Pero, debido a la falta de síntomas, hay lamentablemente una falta de atención en las etapas tempranas de ERC. Obesidad, hipertensión, diabetes y el uso de antiinflamatorios y agentes nefrotóxicos son las causas más frecuentes de pérdida de función renal, y su presencia debe poner en ALERTA al médico para medir la función renal.
Mientras mayor es la disminución de la función renal más alto es el riesgo de ECV. Otros factores no tradicionales son anemia, enfermedad metabólica ósea, calcificaciones metastásicas y estrés oxidativo.
Se recomienda estimar la función renal (eGFR) con el nivel de la creatinina en suero. Esta medida se puede obtener de forma simple, con una calculadora. La otra prueba sencilla es medir la albuminuria en orina, usando la relación de albumina a creatinina en orina simple. Al llegar a la etapa en que la función renal está debajo de 40 cc/min se observa albuminuria y el nefrólogo debe participar en el cuidado de estos pacientes.
Puerto Rico tiene una prevalencia alta de diabetes y un 65% de los pacientes en diálisis padecen de esta condición, lo cual es muy alto en comparación con un 50% en Estados Unidos. La obesidad, la hipertensión y los estilos de vida poco saludables son factores de riesgo frecuentemente asociados a esta condición.
¿Qué se puede hacer?
El empleo temprano de medios terapéuticos previene la progresión de la enfermedad renal. Una dieta baja en sal y proteínas y alta en fibras puede ayudar a proteger al riñón. El control de la presión arterial puede lograrse bajando de peso y con agentes antihipertensivos que revierten los mecanismos que causan daño al riñón. Es recomendable un control agresivo para llegar a niveles bajo 130/80 de presión arterial. También deben establecerse metas para controlar el azúcar y el colesterol, tener una dieta saludable y actividad física regular, así como evitar el tabaco.
Opinión
El paciente es responsable del programa terapéutico. El médico se debe mantener vigilante para alcanzar las metas apropiadas y evitar una catástrofe cardiovascular. Dada la magnitud del problema, el gobierno debe facilitar programas de prevención, información y control de la industria de nutrición.